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Reflexiones: Una ética para el siglo xxi La ética universalista y los derechos humanos

Tal y como lo dijo Aristóteles:El bien se dice de muchas maneras. En la cultura de cada grupo social se observan variedades en sus prácticas religiosas, morales y jurídicas, que según su valoración y tradiciones nos lanzan una cantidad infinita de interpertaciones sobre la conducta humana y del bien “común” , por lo general, implementado por el concenso de las mayorías. 

El intento continuo de establecer normas universales que fomenten las prácticas de los derechos morales, encuentra grandes obstáculos por la confrontación de la ética en sus dimensiones universales y particulares. Sobre todo por medio de la historia hemos podido dilucidar el como estos derechos se han conformado y cambiado según los menesteres de los estados.

En cuanto a los derechos humanos, en México, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos se le han otorgado mayores atributos judiciales y legislativos, que ante una visión democrática es un gran paso hacia la libertad y bienestar de los ciudadanos, sin embargo, esa participación y poder que se le ha concedido deja grandes huecos vacíos, puesto que, la ignorancia que tenemos los mexicanos en esa materia es más que evidente, tanto en su práctica como en su juicio. Como ejemplo se puede mencionar que estamos en los primeros lugares en las listas de corrupción, abuso de autoridad, discriminación en el ámbito étnico y laboral, pobreza alimentaria, de patrimonio...Ante esta situación se podría pensar en que no hay conocimiento moral o más bien un punto de valoración ética en donde se salvaguarde la dignidad, autonomía y convicción de las personas para mejorar la situación individual y de países como el nuestro y de mucho otros que tienen aún más necesidad de una visión más humana.


Escrito: GEMM

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